¿Qué libro te estás
leyendo en estos momentos? ¿Hay alguna página que se te esté
atragantando y te dificulte seguir con la lectura?o tal vez eres de
los que se saltan páginas y al final no se enteran de la historia, y
les toca retroceder en el tiempo porque no avanzaron de manera
madura.
Hace unas semanas, mí
amiga Isabel me recomendó un libro. Lo abrí y la primera página
decía:
" y la odié hasta el
día de mi muerte"
Ya se me había
atragantado la primera página, y me hizo pensar.
Perdón, odio, rencor,
venganza... Son sentimientos, pero no son sentimientos
cualquiera.¿qué tienen todas esas sensaciones en común? Pues más
de las que parece: todas son negativas, todas nos recuerdan al pasado
y nos impiden vivir el presente, todas están interrelacionadas entre
sí, todas nos alteran los ritmos cardíacos y los sonidos negros,
todas escapan de nuestro control en la mayoría de las ocasiones, y
lo que es peor, que como las dejemos, pueden instaurarse en nuestro
organismo hasta el día de nuestra muerte, y después de este estado
de inactividad, hay pocos datos contrastados.
No sé vosotros, pero yo
me he cruzado con ellos en algún tramo de mi viaje, y ya no los
quiero de acompañantes para el próximo, o me lo acabarán
estropeando.
No hay fórmulas mágicas
para combatir esos sentimientos, sólo hay que saber perdonar a los
demás, o a uno mismo si es el caso. No es una obligación, es una
decisión propia, pero como toda decisión conlleva su proceso.Sin
embargo, si con un sentimiento positivo se combate cuatro negativos,
al menos intentemos testar su eficacia.
Tendemos a pensar que
perdonar significa rebajarnos, admitir que la otra persona no nos
hizo daño, o que no merece nuestro perdón, o que le damos más
poder por perdonarle, o, incluso a veces pensamos que si perdonamos,
estamos dando libertad para que nos vuelvan a hacer daño. Nada más
lejos de la realidad. Perdonar significa liberarse, quitarse un peso
de encima, no es tener más o menos razón, porque el perdón no
entiende de razón. Nunca es tarde si quieres empezar a practicarlo,
tal vez con personas menos allegadas, o con problemas menos
importantes. Es sano perdonar y ser perdonado. Relativizar la
importancia de las cosas, darse cuenta de que el tiempo vuela, o de
que nosotros también podemos equivocarnos, puede ayudar a dar el
paso, aunque hayan transcurrido 20 años.Uno de los mejores regalos
que me hicieron unas navidades, fue un perdón que no me esperaba.
Si este artículo te ha
ayudado por lo menos a pensar en la posibilidad de perdonar,estarás a
un paso de pasar página y avanzar con tu libro, ese que habla de la
historia de tu vida.
Yo pude acabar el libro
que me recomendó mi amiga. Me impactó mucho lo que estaba escrito
al final de la página:
-y sus últimas palabras
fueron: "me arrepiento de todo el tiempo perdido y lo siento mamá, ojalá te lo
hubiera dicho antes"